Revista Argentina de Humanidades y Ciencias Sociales
ISSN 1669-1555
Volumen 11, nº 1 (2013)

La metodología empleada en los cursos de preparación para exámenes
de lenguas de alto impacto


por Arturo Mendoza Ramos

Tecnológico de Monterrey, ciudad de México
armendoza1@yahoo.com

 
 
Resumen

La evaluación y certificación de lenguas ha adquirido un papel importante dentro de los estudios que se llevan a cabo en lingüística aplicada. Pese a que es una rama joven, pues apenas cuenta con tres décadas de investigación, posee importantes implicaciones en la vida de los estudiantes, trabajadores, migrantes y todos aquellos que directa e indirectamente influyen en los planes de estudio, desarrollos curriculares y políticas del lenguaje. Por ejemplo, en tan solo cincuenta años de existencia, el Test of English as a Foreign Language, TOEFL, en su versión Paper Based Test, PBT, ha sido administrado a más de 25 millones de individuos. Por ello, la necesidad de evaluar las metodologías empleadas en los cursos de preparación para exámenes de alto impacto. 
Las estrategias de aprendizaje metacognitivas, vistas desde la perspectiva de la psicología cognitiva, involucran el conocimiento consciente de los procesos que se emplean en el aprendizaje. Esta rama de la psicolingüística, aplicada a la enseñanza- aprendizaje de lenguas, postula que cuando un individuo modifica, regula, evalúa y hace conscientes sus procesos cognitivos es capaz de mejorar su aprendizaje y hacerlo más eficiente y significativo. Lo anterior, no solo presenta implicaciones en la aprendizaje de un idioma, sino también en el desarrollo autónomo del estudiante; ya que, el alumno, al reflexionar sobre estos procesos, busca los medios y mecanismos que le faciliten la consecución de cualquier tarea que implique el uso de la lengua en una situación determinada. Sin lugar a dudas, esto genera que los aprendientes identifiquen sus debilidades y busquen los recursos necesarios para fortalecerlas.

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Palabras clave

Evaluación, certificación, estrategias metacognitivas, metodología en la enseñanza, lenguas

 

Methodology used in the preparation courses for high impact languages tests
 
Abstract

The assessment and certification of languages has acquired an important role in studies carried out in applied linguistics. Although it is a young branch, it has only three decades of research; however, it has important implications in the lives of students, workers, migrants and all those who directly and indirectly influence the curriculum, curriculum development and language policies . For example, in just fifty years of existence, the Test of English as a Foreign Language, TOEFL Paper Based Test, PBT, has been administered to more than 25 million individuals. Therefore, the need to evaluate the methodologies used in the courses design to prepare students for sitting high impact test.

 

Key words

Assessment, certification, metacognitive strategies, methodology in language teaching.
 
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Recibido: 13 de enero de 2013
Aceptado: 7 de marzo de 2013
 
Para citar este artículo: Rev. Arg. Hum Cienc. Soc. 2013; 11(1). Disponible en internet: http://www.sai.com.ar/metodologia/rahycs/rahycs_v11_n1_04.htm
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Introducción

En los últimos años, el flujo migratorio, cualquiera que sea su naturaleza, sumado a la apertura de fronteras, ha difuminado las brechas culturales entre una nación y otra, al mismo tiempo que ha favorecido el interés en el intercambio cultural entre las distintas sociedades. De tal suerte que el aprendizaje de lenguas ha tenido un impacto en la diplomacia, la política, la seguridad, los negocios, la vida cotidiana y de los inmigrantes, así como en el ámbito académico. Esto ha generado un “boom” en la demanda de enseñanza-aprendizaje de idiomas.

Dentro de este marco, la certificación de lenguas extranjeras juega, cada vez más y más, un papel preponderante para facilitar la movilidad de estudiantes que desean cursar estudios universitarios o de posgrado en una lengua de la cual requieren una constancia de dominio del idioma. En el caso del inglés, diversas instancias europeas y americanas han colaborado en la conformación de exámenes de certificación con reconocimiento a nivel internacional. Tal es el caso de los exámenes que aplica el Consejo Británico: International English Language Testing System, IELTS, o exámenes como los que aplica el Educational Testing Service, ETS, como el examen Test of English as a Foreign Language, TOEFL.

Como resultado de esta demanda, la metodología aplicada a la enseñanza de lenguas extranjeras y, en particular, de cursos de preparación para presentar exámenes de certificación, ha adquirido un papel central en la enseñanza aprendizaje de lenguas. En las últimas décadas, el desarrollo de estrategias que fomenten el aprendizaje de una segunda lengua ha sido un eje rector en los currículos y programas de los centros de lengua. Dentro de este rubro, las estrategias cognitivas, afectivas y metacognitivas han logrado ubicarse en el foco de las últimas tendencias metodológicas de esta rama de la lingüística aplicada.

Ahora bien, pese a que los primeros exámenes de certificación en inglés datan de la década de los 60, y los estudios metodológicos de enseñanza de estrategias en el aprendizaje de segundas lenguas desde los 70, los estudios de la metacognición aplicada a los exámenes de certificación comenzaron apenas hace una década. Éstos se han centrado, fundamentalmente, en el reconocimiento de las estrategias cognitivas (ECs) y metacognitivas (EMCs) que utilizan los alumnos y la posible relación con los resultados obtenidos en pruebas de certificación.

En realidad, los libros y cursos de estrategias para este tipo de exámenes están más centrados en la cognición. Son sólo los nuevos libros que se han diseñado para las pruebas más sofisticadas de certificación en inglés TOEFL Internet Based Test, IBT, que incluyen EMCs. Debido a lo anterior, es importante generar investigación en este ámbito, la cual
contribuya al sustento de los métodos y mecanismos de enseñanza de lenguas específicamente dirigidos hacia la certificación.

La problemática

Cada vez es más común observar que las instituciones a nivel superior implementan como requisitos de titulación que sus alumnos cuenten con un puntaje de 550 aciertos en el examen de certificación de inglés TOEFL Paper Based Test, PBT.
La razón de dicho puntaje se debe a que es el mínimo que pide cualquier universidad de habla inglesa para cursar estudios de licenciatura o de posgrado en inglés. Así pues, la posesión de un examen de certificación de inglés como el TOEFL, con reconocimiento a nivel internacional, es importante para estudiar en una gran cantidad de países angloparlantes y no angloparlantes.

Con base en la problemática anteriormente expuesta, una de las interrogantes centrales en la adquisición de segundas lenguas es si las estrategias de aprendizaje de una segunda lengua se pueden enseñar, y si sí, de qué forma y qué impacto tienen en
quienes presentan exámenes de certificación de lenguas.

Debido a lo anterior, la demanda de dichos exámenes ha dado pie a la creación de cursos de preparación para presentar dichos exámenes. Por ello, numerosas universidades han decidido crear y fomentar estos cursos para preparar a los candidatos a dichas pruebas. La preparación que se imparte está relacionada con las estrategias y técnicas que son
útiles para que el alumno presente el examen. Este tipo de estrategias está directamente vinculado con estrategias cognitivas. Sin embargo, los libros de texto de preparación para el examen TOEFL PBT no abordan cuestiones de autonomía en el aprendizaje ni de autorregulación; es decir, de EMCs.

La metacognición se refiere al conocimiento del conocimiento. Se trata de procesos autorregulatorios del funcionamiento de procesos cognitivos que son importantes para el aprendizaje (Flavell, 1963, 1971, 1976, 1979). Ahora bien, para poder modificar dichos procesos, se emplean EMCs, las cuales pretenden la mejora del funcionamiento de los
procesos cognitivos. La metacognición está enfocada no a la técnica, sino a la capacidad de tomar conciencia
del funcionamiento de nuestra manera de aprender. Se parte del supuesto de que cada individuo; en este caso, cada aprendiente de lengua, posee un mapa conceptual único que le permite extraer y recuperar la información de una manera propia (Wenden, 1991).

Si lo anterior es cierto, entonces el desarrollo de EMCs le facilitará acceder al conocimiento, almacenarlo y recuperarlo de manera significativa. Posteriormente, la evaluación del uso de dichas estrategias será fundamental para valorar el resultado de su aplicación y así, regular el aprendizaje autónomo de la lengua en cuestión.

La gran mayoría de los estudios que han sido conducidos en la metacognición en la enseñanza de lenguas ha sido abordada desde la óptica de la enseñanza-aprendizaje dentro del salón de clases, pero no desde una arista tan importante como lo son los exámenes de certificación de lenguas, ni de las implicaciones que pueda tener en los planes y programas de estudio de idiomas (Bachman y Palmer, 1996).

Por otra parte, los estudios que se han llevado a cabo a lo largo de casi cuatro décadas han dado cuenta de las estrategias que existen y de cómo las emplean los aprendientes de lenguas exitosos para resolver de manera óptima diversas tareas que implican algún uso de la lengua meta. Asimismo, además de las clasificaciones que se han establecido, (Wenden, 1991; O’Malley y Chamot, 1990; y Oxford, 1990). Las investigaciones han permitido establecer las relaciones que se dan entre ellas, así como las implicaciones directas e indirectas en el aprendizaje de la lengua meta (Purpura, 1997, 1998, 1999). Sin
embargo, estos estudios no han profundizado en la enseñanza de EMCs ni en el efecto que el uso de ellas tendría en un examen de lenguas (Phakiti 2003).

Por otra parte, el desarrollo de EMCs no solo tiene que ver con la mejora en el aprendizaje del idioma, sino también con la autonomía que el alumno puede desarrollar al implementar procesos metacognitivos para dirigir su propio autoaprendizaje. Rara vez, los estudiantes conocen su personalidad y estilo de aprendizaje, y muy pocos están conscientes de que ellos son los responsables de su propio aprendizaje. Por ello, la importancia de que los alumnos desarrollen su uso EMCs, con el fin de mejorar y de responsabilizarse sobre su aprendizaje de la lengua en cuestión.

Sin lugar a dudas, uno de los principales retos de la enseñanza de lenguas radica en desarrollar la autonomía de los aprendientes de lenguas (Holec, 1979; Groult, 1999). Sin embargo, ¿por qué es tan importante desarrollar la autonomía? En primer lugar, porque el papel del profesor ha cambiado vertiginosamente. El docente ha dejado de ser la figura
central; es decir, quien proporciona todos los recursos al alumno, y se ha convertido en una guía que le permitirá al estudiante identificar aquellas herramientas que necesita para construir su lengua. En segundo lugar, se responsabiliza al alumno para que se haga cargo de su propio aprendizaje; en otras palabras, es él quien debe buscar los recursos
que le permitirán desarrollar cualquiera de sus habilidades lingüísticas. Como lo mencionan O’Malley y Chamot (1990) y Wenden (1991), una de las mejores formas de promover el aprendizaje es que los estudiantes aprendan a aprender. Wenden (1991) afirma que los buenos aprendientes son aquellos que son capaces de adaptarse y flexibilizarse al contexto de aprendizaje. Ahora bien, ¿cómo se puede llevar a cabo lo anterior? La única forma de que el alumno comprenda que gran parte de su aprendizaje se encuentra en sus manos es mediante la reflexión. Solamente al reflexionar sobre su
propia personalidad y características de aprendizaje, su motivación, sus carencias dentro de la lengua, así como del conocimiento de estrategias (cómo usarlas y en qué momento), será que el alumno logrará comprender que es él quien debe buscar los recursos que le permitan mejorar su aprendizaje de la lengua meta, y como consecuencia, su desempeño
en exámenes de lenguas.

 Sin embargo, para que la autonomía dentro del aprendizaje de una lengua pueda llevarse a cabo, no sólo es necesario que los docentes estén dispuestos a incluir dichas prácticas dentro de sus cursos de lenguas, sino que también se implementen como parte de los objetivos institucionales y que se desarrollen materiales acorde a estas necesidades.

 Dentro de la enseñanza de lenguas, y más aún, dentro de la evaluación, resulta de particular interés la implementación de estrategias cognitivas, metacognitivas y socioafectivas dentro del salón de clases. A menudo, se da por hecho que los estudiantes conocen y hacen uso de dichas estrategias. De hecho, estas estrategias son pocas veces enseñadas de forma explícita. Evidentemente, la única manera de lograr la inclusión de las estrategias dentro del salón de clases será mediante el desarrollo de planes de estudio generados por parte de las instituciones y de aquellos, que a nivel nacional,
desarrollan políticas que conciernen a la impartición de lenguas.

 
¿Qué significa evaluar una lengua?

Como se vio en el apartado anterior, las estrategias de aprendizaje no solo han tenido implicaciones dentro la enseñanza-aprendizaje de lenguas, sino que además ha crecido el interés por su estudio dentro del área de la evaluación y certificación de lenguas.

Paradójicamente, pareciera que existe una contradicción entre la enseñanza explícita de estrategias metacognitivas, cuyo enfoque se encuentra dirigido hacia el proceso y no hacia el resultado, y un examen de certificación, en donde el proceso resulta de nulo interés, mientras que lo único que cuenta es el resultado final obtenido. No obstante, los estudios de las estrategias cognitivas, metacognitivos y socioafectivas de la última década se han enfocado en estudiar la relación que existe entre el uso de dichas estrategias y el desempeño de los alumnos que presentan exámenes de certificación. Autores como
Purpura (1997, 1998, 1999) y Phakiti (2003) han llevado a cabo investigaciones en donde, tras un exhaustivo análisis estadístico, dan cuenta de la importancia del uso de estrategias para obtener buenos resultados en una prueba de lenguas.

Según los estudios de Purpura (1997, 1998 y 1999) y Xiaomei (2005) en este ámbito, existe una relación directa e indirecta entre el uso de ciertas estrategias cognitivas y metacognitivas y un mejor desempeño en exámenes de certificación. Lo anterior proporciona claras muestras de que es indispensable instruir a los alumnos en el uso de estrategias que les permita, no solo promover su aprendizaje, sino lograr un mejor desempeño al presentar exámenes.

Una de las nociones más importantes dentro de la didáctica de lenguas es la evaluación. Sin embargo, ¿qué evaluar y cómo? Aunque estamos acostumbrados a visualizar la evaluación en términos numéricos, la evaluación del proceso en el aprendizaje de una lengua es igual de importante. Cada vez más, se busca que el alumno reflexione sobre su estilo de aprendizaje y de aquellas estrategias que puedan facilitar la adquisición de la lengua meta.

La evaluación del aprendizaje de lenguas se encuentra directamente relacionada con la toma de decisiones con base en ciertas evidencias sobre la habilidad lingüística que posee un individuo. Sin embargo, para que un examen sea confiable, debemos ser capaces de demostrar que dichas evidencias se pueden establecer a partir de la evaluación y que corresponden con lo que el alumno será capaz de desempeñar mediante el uso de la lengua en determinados ámbitos.

Quizás, una de las primeras nociones a considerar es justamente qué significa inferir. Inferir, en la evaluación de lengua, consiste en determinar si una persona será capaz de desempeñar en el futuro tareas o trabajos que involucren el uso de la lengua meta en cuestión. En otras palabras, hacer una inferencia consiste en predecir lo que una persona será capaz de hacer, lingüísticamente hablando, en un ámbito particular. McNamara (1996, 2000) hace una distinción entre dos tipos de inferencias que se pueden hacer respecto de los resultados de los exámenes de lengua: 1) inferencias sobre la capacidad
individual de desempeñar tareas o trabajos futuros en donde se requiere el uso de la lengua en cuestión y 2) inferencias solo sobre la habilidad lingüística de un individuo para ser usada en futuras tareas o trabajos.

Este concepto de inferencia ha resultado ampliamente controversial para poder determinar quién resulta lingüísticamente apto para emigrar, trabajar o estudiar en otro país. Como bien menciona McNamara (1996, 2000), en los estudios que ha llevado a cabo, una mala inferencia en cuanto al dominio de una lengua extranjera de un individuo, puede repercutir significativamente en el curso de la vida de dicha persona. Sin lugar a dudas, esa es una de las razones por las cuales la evaluación de lenguas ha adquirido con mayor fuerza una dimensión social durante los últimos cinco años.

Entonces, ¿por qué y para qué evaluamos? La evaluación de lenguas, en un contexto amplio, se lleva a cabo para tomar decisiones que tienen repercusiones importantes en las vidas de las personas; por ejemplo, para determinar qué candidato es apto para tomar un nuevo puesto de trabajo, o para saber si un individuo será capaz de cursar estudios en la lengua meta, o bien para aceptar o rechazar la solicitud de un individuo que desea migrar a un país con una lengua diferente a la materna. En un contexto más delimitado, la evaluación se lleva a cabo para permitir el avance de un alumno a un nivel posterior o
para acreditar una materia curricular.

Una de las interrogantes en el campo de la evaluación es cómo ha evolucionado la necesidad de evaluar y mediante qué criterios. Evidentemente, se encuentra asociada a cambios políticos y sociales que son efectuados mediante diversas instancias dedicadas a evaluar: instituciones privadas y públicas, escuelas y universidades, e investigadores
(Bachman, 1990; Bachman y Palmer, 1996; McNamara, 2000 y McNamara y Roever, 2006). La evolución de diversas corrientes lingüísticas ha marcado también la manera mediante la cual se establecen los criterios para evaluar. Finalmente, los avances tecnológicos representan una herramienta invaluable para la administración de los exámenes, su evaluación y análisis, lo cual ha permitido que se cuente con un fundamento teórico y metodológico en la creación y validación de exámenes.

La aplicación de exámenes de alto impacto, como los exámenes de certificación de lengua, ha crecido exponencialmente a partir de las fuertes oleadas migratorias, cualquiera que sea su naturaleza. Lo anterior, no solo ha tenido repercusiones directas con base en las decisiones que se toman en torno de quienes los presentan, sino que además ha repercutido en quienes los aplican, así como en las universidades e instituciones privadas y públicas encargadas de establecer políticas y de promover cambios en los currículos y planes de estudio de las instituciones.

La evolución de la evaluación de lenguas a lo largo de cinco décadas ha conducido a esta vertiente de la lingüística aplicada a una dimensión social, en donde una de las problemáticas más importantes a considerar es justamente el impacto que los exámenes de certificación tienen en la vida de los migrantes.

Por todo lo anterior, el creciente interés en desarrollar cursos, materiales de estudio, y metodologías y técnicas de estudio que permitan la obtención de mejores resultados por parte de quienes presentan dichos exámenes.

 
Conclusiones

Los exámenes de certificación de lenguas juegan un papel fundamental en quienes desean inmigrar a un país cuya lengua es diferente a la materna. Por ello, la metodología empleada en los cursos de preparación de exámenes de alto impacto como el TOEFL PBT, ha capturado e interés de quienes de dedican a la toma de decisiones de políticas del lenguaje, de aquellos que elaboran programas y planes de estudio, de elaboradores de materiales de enseñanza y, por último, de docentes y todos aquellos que se encuentran interesados en la enseñanza-aprendizaje de lenguas.

Sin lugar a dudas, la enseñanza de estrategias de aprendizaje de una lengua adicional (cognitivas, metacognitivas y sociofectivas) aunado a la búsqueda de la autonomía en el aprendizaje de lenguas, ha generado cambios importantes en la metodología empleada en los cursos de preparación para presentar exámenes de certificación.

Las instituciones se pero upan cada vez porque sus docentes impartan explícitamente el uso de dichas estrategias y que las fomenten dentro de sus clases. Lo anterior, ha cambiado la visión del papel del profesor, quien ha dejado de ser el poseedor y transmisor del conocimiento y se ha convertido más en una guía cuyo fin es estimular a los educandos a que aprendan a aprender.

Es importante subrayar la necesidad de fomentar estudios que sean conducidos en esta dirección de la lingüística aplicada. Esto facilitará desarrollar planes y programas de estudio que fomenten la autonomía en el lenguaje y el uso de estrategias por parte de quienes aprenden una segunda lengua y desean presentar un examen de certificación.

 
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