Revista Argentina de Humanidades y Ciencias Sociales
ISSN 1669-1555
Volumen 6, nº 1 (2008)

Racionalidad, prácticas y usos sociales del recurso hídrico: el caso de Villa Cordobita y Villa del Lago

Por María Paz Núñez, Virginia Andrea Leber, Romina Elizabeth De Los Santos, María Paula Azzolini, Rubén S. Donalisio, María Verónica Zuasnabar, Diego Ariel Teppaz y Lucas Zubiaurre

Estudiantes de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
Profesores referencistas: Dr. A. Ruiz Galarreta, Ing. Roxana Bandanoriega y Mg. Marcela Guerrero.
Contacto: vleb6@yahoo.com.ar y rominadls@hotmail.com

 
Resumen

El presente trabajo de investigación se enmarca en el Proyecto “Diagnóstico Integral del Recurso Hídrico en el Partido de Tandil. Pautas para su gestión Sustentable” y tiene como objetivo conocer los usos, las prácticas y la racionalidad de la población bajo estudio, acerca del recurso hídrico en la ciudad de Tandil (Argentina). Para ello se seleccionaron dos barrios, Villa Cordobita y Villa del Lago, teniendo en cuenta la casi total falta de acceso a la red de agua y a la red cloacal; dichos barrios fueron divididos en dos zonas, de acuerdo a características detectadas durante la fase de trabajo de campo.

Se realizaron entrevistas a pobladores de ambos lugares, obteniéndose datos sobre el consumo y tratamientos del agua. Se indagó si los habitantes reciben información sobre el tema; sobre sus percepciones y conocimientos en lo que respecta a problemáticas ambientales relacionadas a los recursos hídricos.

Palabras clave

racionalidad ambiental, usos y prácticas, recurso hídrico, percepción.


INTRODUCCION
El presente trabajo fue realizado por alumnos de la carrera de la Lic. de Diagnóstico y Gestión Ambiental de la Facultad de Ciencias Humanas, de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), en el marco del seminario: “Metodologías Cualitativas en Ciencias Ambientales” dictado por la Dra. Kuky Coria. Para la capacitación de los asistentes en esas técnicas, el seminario fue enmarcado en el proyecto dirigido por el Dr. Alejandro Ruiz de Galarreta: “Diagnóstico Integral del Recurso Hídrico en el partido de Tandil. Pautas para su gestión sustentable”(SPU Cod.03/D230), con el objetivo de que los resultados obtenidos sean insumos para un mejor conocimiento del sistema social del área bajo estudio.
El propósito de la investigación fue evaluar las condiciones de apropiación, explotación y uso del recurso hídrico subterráneo, así como la racionalidad implícita en las formas de uso del agua por la población local. Se seleccionaron como zonas testigo, dos barrios: Villa Cordobita y Villa del lago, en donde el servicio de cloacas y agua de red son prácticamente inexistentes.
La metodología empleada en la primera etapa del proyecto fue la construcción de una matriz de datos que facilitó las decisiones sobre las variables a analizar. A partir de dichas matrices, fue posible definir los conceptos y ejes claves a considerar en la elaboración del guión de entrevista con el que exploramos los saberes y conocimientos de la población de ambas barriadas.

MARCO DE REFERENCIA
Como se indicara precedentemente, el seminario se enmarcó en el Proyecto “Diagnóstico Integral del Recurso Hídrico en el partido de Tandil. Pautas para su gestión sustentable” con lugar de trabajo en el Centro de Investigaciones y Estudios Ambientales (CINEA) de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. El Proyecto tiene un enfoque interdisciplinario y se centraliza en la caracterización del recurso hídrico del partido de Tandil. Su objetivo general es “describir, analizar y evaluar específicamente los recursos hídricos y sus interrelaciones con las fases social, económica y político-institucional, elaborando y proponiendo pautas e instrumentos de gestión que colaboren en la toma de decisiones” (2), para contribuir a la gestión y manejo sustentable del recurso hídrico a nivel local.
En primer lugar caracteriza el ámbito regional, para luego delimitar el área de estudio a la Cuenca del Arroyo Langueyú, debido a que es allí donde se ubica la ciudad y por ende se concentra la mayor parte de la actividad antrópica.
El Proyecto está guiado por la siguiente hipótesis: “La caracterización integral del recurso hídrico del partido de Tandil -considerando sus características hidrodinámicas, fisicoquímicas, bacteriológicas- y la identificación de diferentes actividades que determinan zonas con riesgo de contaminación, permiten evaluar integralmente la problemática hídrica local, favoreciendo la elaboración de pautas para la gestión sustentable del recurso a nivel de cuenca, que beneficiaran a los diferentes actores sociales de la población de Tandil” (2).

En el marco del Proyecto ya han sido analizados los aspectos hidrodinámicos, fisico-químicos y microbiológicos del sistema; algunas de las actividades desarrolladas fueron: sondeos eléctricos verticales para el estudio y delimitación de la cuenca subterránea, censos de perforaciones, muestreos de aguas subterráneas y superficiales, análisis químicos y bacteriológicos, construcción de mapas equipotenciales y de isoprofundidad, y encuestas a la población local.

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Siguiendo los fundamentos generales del proyecto marco “Diagnóstico Integral del Recurso Hídrico en el partido de Tandil. Pautas para su gestión sustentable”, en particular, es de interés avanzar en el ámbito del seminario, indagando las condiciones de apropiación, explotación y uso del recurso hídrico subterráneo y la racionalidad implícita en las formas de uso del agua de la población local. En miras a ese objetivo, es necesario validar conceptualmente estos términos. En tal sentido a continuación se explicitan los fundamentos teóricos adoptados.

Los temas ambientales han cobrado relevancia en el debate internacional en los últimos años debido a la manifestación cada vez más explicita de los efectos negativos del accionar humano sobre el medio natural, que se intensifican y crecen en escala. Es que la problemática ambiental, en su génesis, es una cues­tión de carácter eminentemente social (3). Es decir, surge de la manera en que una sociedad se vincula con la naturaleza a través de formas de apropiación y transformación tecnológica en la gestión de sus recursos ambientales para la satisfacción de necesidades individuales y colectivas.

Sin embargo, los aportes realizados por las ciencias sociales para el estudio de la relación sociedad-naturaleza son escasos hasta el presente. Por el contrario, el discurso ambiental está estructurado predominantemente en torno a la aplicación de normas ecológicas y tecnológicas a las teorías y las políticas económicas, dejando al margen del estudio el contexto social, político y cultural, que también determinan las características de la problemática ambiental.
La articulación sociedad-naturaleza es una realidad definida por distintos niveles de especificidad, por entidades que son cualitativamente diferentes con características estructurales propias, pero que conforman una totalidad de orden complejo (4). Siguiendo la reflexión realizada por G. Galafassi (5) en torno a esta idea, se reconocen los niveles que determinan la complejidad de la unidad sociedad-naturaleza:

  • nivel físico-químico: corresponde al mundo natural explicado a partir de las leyes de la física.
  • nivel biológico: involucra todos los fenómenos de la vida, de la estructura y funcionamiento de los organismos de las relaciones entre los seres vivos y de estos con su ambiente. En este nivel son aplicables las leyes del nivel anterior, pero resultan insuficientes para explicar todos los fenómenos de orden biológico.
  • nivel social: en él son aplicables las leyes físicas resignificadas por la biología, pero limitadas para comprender todos los fenómenos de la especie humana; y que en consecuencia el abordaje de este nivel de estudio requiere de las perspectivas que aportan la Sociología, la Antropología y otros campos de las ciencias sociales.

Es decir que en la realidad sociedad-naturaleza intervienen numerosos y diferentes factores que la dotan de una alta complejidad y determinan a través del tiempo y el espacio variadas formas de vinculación. Cada nivel interviene mediante sus principios y categorías e interactúa con los demás niveles originando múltiples procesos “en donde los componentes no son independientes en la medida en que se determinan mutuamente” (Galafassi, p. 7).

El autor antes citado sostiene que el hombre posee tanto atributos biológicos como culturales, pero es la cultura “(…) la característica distintiva de la humanidad por encima de su realidad biológica. (…) La evolución cultural es un paso por encima de la evolución biológica. Pero ambas coexisten en el tiempo interactuando entre sí.” (Ibid., p. 6).

Y por otro lado, es la naturaleza parte de la sociedad, ya que “(…) es aprehendida necesariamente a través del pensamiento humano. La interpretación de las leyes de la naturaleza son modelos que creados por el hombre en un continuo intento de conocer para transformar, son históricos y por ello cambiantes.” (Ibid., p. 6).

Entonces, el abordaje de las problemáticas ambientales exige considerar su manifestación global, visualizando su carácter totalizador y las múltiples relaciones no lineales ni directas que se dan entre procesos naturales , procesos sociales y los culturales; para luego, identificar cuáles son los aspectos determinantes en la cadena de relaciones de fenómenos particularizados que permita explicar y comprender una situación específica.

En la articulación sociedad y naturaleza existen dos formas en las que el hombre incorpora lo natural. Por un lado, se manifiesta en obras y acciones físicas a través de las cuales la sociedad se apropia de elementos materiales, tangibles, del medio natural para su posterior transformación y consumo. Las formas de dominio y control sobre lo natural dependen de múltiples factores, como variables ambientales, económicas, políticas y culturales o ideológicas que varían de acuerdo a las diferentes fases de desarrollo de la sociedad. Y por otro lado, la vinculación entre las dos esferas de la realidad adquiere características particulares de acuerdo a la valoración estético-afectiva que las sociedades hacen del medio natural, es decir, la representación simbólica que realiza cada sistema cultural de su entorno material. Por tanto, en el proceso de mediación social de la naturaleza intervienen conjuntamente el saber, la valoración y las técnicas de la acción humana, generando un permanente intercambio entre sociedad y naturaleza.

Galafassi reconoce sobre este punto que existe un momento determinado en el cual dicha relación se explicita claramente. Éste es el proceso de producción, “en donde los hombres por medio de determinadas relaciones se organizan para apropiarse y transformar porciones de naturaleza.” (5 p. 10). El grupo social que interactúa, lo hace siempre con una porción de naturaleza que tiene características particulares que determinan hasta cierto punto las acciones que pueden efectuarse en ella. Sin embargo, sobre las cualidades naturales del recurso actúan instrumentos, herramientas y técnicas de trabajo, además de conocimientos, que efectivizan la acción humana e independizan al grupo social de las determinaciones del medio natural. Así, el desarrollo de las fuerzas productivas lleva implícito aspectos contradictorios, ya que, aún si toda producción implica trabajo humano para generar productos que satisfagan las necesidades de la sociedad, también origina procesos de degradación cuali y cuantitativa de los recursos naturales y de calidad de vida de la población.
La unidad sociedad-naturaleza construida con la conjunción de la acción humana, los medios técnicos y los recursos naturales puede entenderse entonces como resultante de la actuación combinada de estos elementos de acuerdo a lógicas específicas que movilizan a la sociedad.

“La característica que adquiere la problemática ambiental en un tiempo y espacio determinado, está indisolublemente ligada a los principales rasgos que definen a la organización social que interactúa con la naturaleza. El poder entender y explicar este fenómeno requiere, entonces, necesariamente de la atención tanto de las variables naturales como las que configuran el universo de lo social.” (5 p. 19).

El tratamiento y la resolución de los problemas ambientales requieren de un proceso social y político para la reorientación de tendencias opuestas a los objetivos de sustentabilidad, que construya una nueva racionalidad y un estilo alternativo de desarrollo.

Según Leff, el proceso gnoseológico que implica el pasaje de una racionalidad económica gobernada por las leyes del mercado a una racionalidad ambiental demanda
“la activación y objetivación de un conjunto de procesos sociales: la incorporación de los valores del ambiente en la ética individual, en los derechos humanos y en la norma jurídica de los actores económicos y sociales; la socialización del acceso y apropiación de la naturaleza; la democratización de los procesos productivos y del poder político; las reformas del Estado que le permitan mediar la resolución de conflictos de intereses en torno a la propiedad y aprovechamiento de los recursos y que favorezcan la gestión participativa y descentralizada de los recursos naturales; el establecimiento de una legislación ambiental eficaz (…); transformaciones institucionales (…); y la reorientación interdisciplinaria del desarrollo del conocimiento y de la formación profesional.” (3 p. 20).

Es decir, la racionalidad ambiental gesta nuevos principios, valores y conceptos para una nueva racionalidad productiva y social que define proyectos alternativos de desarrollo y construye un nuevo saber que con sentido estratégico y práctico reconstruye la realidad social y permite explicar integralmente el comportamiento de sistemas ambientales complejos.
La construcción de una racionalidad social fundada en los principios de la gestión ambiental y del desarrollo sustentable pasa por procesos de transformación de la racionalidad económica dominante. Esta racionalidad capitalista, como es denominada muchas veces por E. Leff (3), está fundada en la lógica del mercado, la maximización de la ganancia, la eficiencia y productividad tecnológica y de los aparatos asociados de control económico e ideológico que la sustentan y legitiman. Es una lógica de funcionamiento de la sociedad que trajo externalidades al sistema económico, repercutiendo ampliamente sobre el conjunto de la sociedad y, como ya se mencionó anteriormente, se expresan en sobreexplotación de los recursos naturales y la fuerza de trabajo, degradación ambiental y deterioro de la calidad de vida.

Frente a esta situación de creciente criticidad la cuestión ambiental abre nuevas perspectivas al desarrollo, descubriendo nuevos potenciales ecológicos, tecnológicos y sociales, y planteando la transformación de los sistemas de producción, de valores y de conocimiento de la sociedad.

“La racionalidad ambiental no es la expresión de una lógica (del mercado, de la naturaleza) o de una ley (del valor, del equilibrio ecológico); es resultante de un conjunto de normas, intereses, valores, significaciones y acciones que no se dan fuera de las leyes de la naturaleza y de la sociedad, pero que no las imitan simplemente” (3 p. 37).
La racionalidad ambiental es efecto de un conjunto de prácticas sociales y culturales diversas que dan sentido y organizan los procesos sociales. Esta se construye mediante la articulación de cuatro niveles de racionalidad (3 p. 40):

  • una racionalidad sustantiva, que es el sistema axiológico de los valores que norman las acciones y orientan los procesos sociales para la construcción de una racionalidad ambiental fundada en los principios de un desarrollo ecológicamente sustentable, socialmente equitativo, culturalmente diverso y políticamente democrático.
  • una racionalidad teórica, que construye los conceptos que articulan los valores de la racionalidad sustantiva con los procesos materiales que dan soporte a una racionalidad productiva.
  • una racionalidad técnica o instrumental, que produce los vínculos funcionales y operacionales entre los objetivos sociales y las bases materiales del desarrollo sustentable.
  • una racionalidad cultural, entendida como un sistema de significaciones que producen la identidad e integridad internas de diversas formaciones culturales, que dan coherencia a sus prácticas sociales y productivas. Confiere especificidad al proceso de mediación sociedad-naturaleza.

De esta manera la racionalidad ambiental se construye paulatinamente con diferentes instancias de racionalización que le otorgan legitimidad a la toma de decisiones con respecto a la transformación de la naturaleza y el uso de los recursos naturales. Su construcción aparece como un proyecto social de respuesta a otra racionalidad y se apoya en la legitimación de sus valores más que en la búsqueda de medios instrumentales.

ASPECTOS TÉCNICOS ESPECÍFICOS: FORMAS DE DISPOSICIÓN DE LOS EFLUENTES CLOACALES
Según el Consejo Federal de Agua Potable y Saneamiento (6), la disposición adecuada de los efluentes resulta imprescindible para la protección de la salud pública. Es sabido que aproximadamente 50 tipos de infecciones pueden manifestarse a partir de la contaminación del recurso hídrico con excretas (enfermedades hídricas).
Las formas de disposición de los efluentes cloacales domiciliarios que usualmente se utilizan son: letrinas sin arrastre hidráulico, sistemas mínimos con arrastre hidráulico, cámaras sépticas y disposición final del efluente.
A continuación se presentan los sistemas de disposición de excretas que se utilizan en los dos barrios analizados.

Cámaras sépticas
Para viviendas que cuentan con servicio de provisión de agua, abastecidas desde redes públicas o por sistemas individuales, es esperable un volumen diario de efluentes cloacales del orden de 200 litros o más por habitante.
El sistema más difundido para absorber este caudal, por su efectividad y economía, es el compuesto por cámara séptica e infiltración en el suelo.

Hacia la cámara deben ser derivados todos los efluentes cloacales de los inodoros, bidé, duchas, bañeras, lavatorios, mingitorios, piletas de lavar ropa, pileta de cocina, rejillas de pisos internos. Bajo ningún concepto debe ir agua de lluvia.
En esta unidad se produce la separación de las fases líquidas y sólidas del efluente. La primera constituye el efluente de la cámara, mientras los sólidos y las espumas se degradan anaeróbicamente. Al solubilizarse los sólidos dan como efluente un líquido con elevado contenido coloidal, altamente contaminado, pero más estable.

Hay distintas normas y reglamentos para el criterio de diseño de estas cámaras, no obstante algunos de ellos son similares:

  • Números de compartimientos: si bien no hay parámetros claros para el diseño de cámaras de 2 o más compartimientos en serie, la experiencia indica la conveniencia de particionar el volumen total en 2/3 del total para la primera, y el restante para la segunda.
  • Ventilación: los procesos dentro de la cámara son muy sensibles a los cambios de temperatura bruscos, por lo que debe evitarse su ventilación directa. Ésta debe hacerse por la ventilación de la cañería de la casa y del pozo absorbente, cuidando que no se formen corrientes.
  • Una cubierta superior de 0,40 a 0,60, sobre la tapa de la cámara, asegura el aislamiento de la influencia de la variación de la temperatura externa.
  • Los accesos: deben ser herméticos y permitir las tareas de limpieza de la cámara.
  • Dispositivos de entrada y salida: el éxito o fracaso del funcionamiento de la cámara es dependiente del diseño de estos dispositivos.

Disposición final del efluente
Suele disponerse en un curso de agua superficial, o en el suelo.
Las alternativas de disposición en el suelo dependen fundamentalmente de la permeabilidad del mismo, y son las siguientes:

  • Pozo absorbente.
  • Campo de infiltración superficial.
  • Campo de percolación subsuperficial.

En caso de no disponerse de una permeabilidad adecuada, la disposición en un curso de agua superficial requiere de un previo tratamiento, que es materializable en:

  • Campo de percolación subsuperficial.
  • Filtro anaeróbico.

Los otros sistemas posibles no utilizados en el área de estudio son:

Letrinas sin arrastre hidráulico
Este tipo de instalación responde a pautas de marcada escasez o falta de disponibilidad de agua.
Las características que se requieren son:

  • Estructura de la letrina que cumplimente condiciones básicas de ventilación, escasa iluminación natural y acceso clausurable.
    • La estructura debe ser cerrada con una puerta, que abra hacia afuera, con seguro que la mantenga cerrada.
    • El piso interior construido a 0,20 cm del nivel del terreno con una terminación lo más lisa posible.
    • El piso debe tener pendiente hacia el orificio de la letrina, para favorecer el lavado.
  • Correcta ventilación protegida, por mallas tipo mosquitero de metal o plástico, del pozo en el que se descargan las excretas.
  • El pozo debe ser ventilado mediante un tubo que en su terminación debe tener una malla de similares características que la ventilación del recinto.
  • El fondo del pozo debe quedar al menos a 60 cm de la capa freática.

Sistemas mínimos con arrastre hidráulico
Los sistemas con arrastre hidráulico se utilizan en lugares con disponibilidad reducida de agua y comprenden dos partes principales:

  • La letrina, con su sistema de arrastre y cierre hidráulico.
    • En donde las excretas son removidas mediante un bajo volumen de agua (2 a 3 litros, con mochila de 10 a 17).
  • Las características de la estructura son válidas para este sistema.
  • Las unidades de disposición de líquidos y sólidos resultantes.
    • Que puede ser un pozo absorbente localizado debajo de la letrina o en sus inmediaciones.
    • El fondo del pozo debe quedar al menos a 60 cm de la capa freática.

FICHA METODOLÓGICA
El estudio comprende la Cuenca del Arroyo Langueyú en el Partido de Tandil. Debido a la delimitación y alcance del trabajo como “parte” de ese “todo”, los barrios de Villa Cordobita y Villa del Lago, a los que se consideran casos testigos.

Las fuentes primarias fueron producidas por los estudiantes que cursaron el ya mencionado seminario y provienen observaciones in situ; registros de salidas a campo y entrevistas.

Asimismo las fuentes secundarias son los datos obtenidos en el proyecto: “Diagnóstico integral del Recurso Hídrico en el partido de Tandil. Pautas para su gestión sustentable” y la cartografía referida a los barrios seleccionados.

Se han ponderado como ejes temáticos de análisis a los saberes, conocimientos, usos y prácticas de los vecinos relacionadas al agua.

Se analizó la situación del recurso hídrico en los barrios de Villa del Lago y Villa Cordobita tomando como ejes relevantes los saberes, conocimientos y los usos y prácticas los cuales permitieron evaluar la racionalidad en el uso del mismo.
Se procedió al relevamiento de información aportada por los centros asistenciales y los residentes del lugar.
Como cierre de estas etapas, se procedió al análisis de las entrevistas realizadas para explorar el tipo de racionalidad ambiental, las prácticas y la información que tienen los residentes de los dos barrios en relación al recurso hídrico.

CONTEXTUALIZACIÓN DE LOS BARRIOS
Ambos barrios se emplazan sobre las laderas de las sierras de Tandil, las cuales presentan una pendiente relativamente pronunciada y afloramientos rocosos.

En Villa Cordobita se observa un uso desordenado del suelo, con casas bajas que en su gran mayoría se ubican en las zonas de menor altitud, aunque en los últimos años se ha ido incrementando rápidamente la ocupación de los terrenos más altos. A simple vista lo que se puede notar en este barrio es la precariedad de sus construcciones, lo que se relaciona con un poder adquisitivo bajo de su población.

En el caso de Villa del Lago, que tiene un área mayor se observan dos situaciones. Una parte del barrio se encuentra sobre la ladera de la sierra, mientras que el resto sobre una zona más llana. En ambas zonas las casas son de material y esto se relaciona a una población con mejor poder adquisitivo.

Resultados alcanzados
Las entrevistas dirigidas a los pobladores de los Barrios de Villa Cordobita y Villa del Lago arrojaron diferentes resultados en relación a los ejes temáticos en los que se dividió el guión de entrevista, a saber: usos y prácticas, información, percepción y conocimiento. Se tomaron trece entrevistas: siete de ellas en Villa del Lago y las restantes en Villa Cordobita.

Es necesario aclarar que se han obviado dar los resultados en porcentajes, ya que se trata de un investigación exploratoria y cualitativa.

En Villa del Lago, de acuerdo al área de emplazamiento, se encuentran dos situaciones. En el área serrana debido a características de la topografía y al alto costo que significaría hacer perforaciones para pozos de agua, se ven obligados a obtener la misma de un pozo cercano y además a recolectar agua de lluvia. Por su parte, en la zona más llana de Villa del lago cuentan con pozos de agua, conociendo en su mayoría las dimensiones de los mismos, ya que han sido los propietarios quienes los construyeron.

En el caso de Villa Cordobita se pueden diferenciar tres zonas. En la zona baja tienen acceso a la red de agua corriente, en la zona intermedia existen canillas vecinales y conexiones a la red de agua de la ciudad hechas por los habitantes, por último en la zona alta, dado que no pueden acceder a las canillas vecinales ni pueden realizar pozos de agua por las características geomorfológicas, son abastecidos por el municipio a través de un camión cisterna.

Sólo cinco de los entrevistados (tres de Villa del Lago y dos de Villa Cordobita) realizan algún tratamiento al agua (la hierven o cloran) y otros seis (cinco en Villa del Lago y uno en Villa Cordobita) compran agua envasada (destinada principalmente al consumo de niños), lo que podría indicar una cierta desconfianza al agua de la que se abastecen.

En ninguno de los dos barrios cuentan con el servicio de cloacas, por lo que disponen los residuos en pozos ciegos, seis de los cuales (uno en Villa Cordobita y cinco en Villa del Lago) saben con seguridad que cuentan con cámara séptica. Solo en dos casos (uno en cada Barrio) tienen pozos diferenciados (un pozo para residuos del inodoro y otro para el resto de las aguas). En dos casos de Villa Cordobita poseen pozo sólo para residuos provenientes del inodoro.

De los datos recabados se obtiene que poco más de la mitad (cinco entrevistados en Villa del Lago y dos en Villa Cordobita) preferirían poder acceder a la red de agua corriente. Esto está relacionado a que tienen problemas de acceso al agua potable, ya sea por la falta de constancia del camión cisterna que los provee o porque en el lugar donde viven no es posible hacer un pozo de agua. También preferirían poder acceder a la red de cloacas, ya que en el caso de Villa Cordobita se colmatan los pozos ciegos con frecuencia. Solo dos casos en Villa del Lago prefieren proveerse de agua de pozo.

En los dos barrios analizados pudimos detectar que no existe por parte de las instituciones ningún tipo de divulgación de información, en lo que se refiere a contaminación, transmisión de enfermedades y métodos potabilización del agua, a pesar de las carencias que presentan con respecto al servicio de agua potable y cloacas.

Al preguntar si habían tenido en el hogar problemas de salud relacionados al agua, todos los entrevistados respondieron negativamente. En un caso, una entrevistada de Villa Cordobita relató un suceso en el cual un médico les diagnosticó un problema de salud (diarrea) a sus hijos relacionándolo con el agua que consumían, y la persona se mostró reticente a aceptar esta causa como explicación del problema.

Por otro lado, tres entrevistas de Villa del Lago realizaron análisis al agua de consumo. Uno de los entrevistados informó que obtuvo como resultado la presencia de pseudomonasM; otro obtuvo resultados negativos, pero sabía que vecinos habían obtenido resultados que mostraban presencia de contaminantes; por último, la tercera persona no dio a conocer el resultado de los análisis.

Al preguntarles a las personas entrevistadas que tenían hijos si éstos reciben información en la escuela o si realizan tareas sobre el agua o el ambiente, todos respondieron negativamente.

Al preguntar a los entrevistados sobre posibles problemas ambientales la mayoría no comprendía el significado del concepto, lo cual puede estar vinculado a la falta de información ambiental proporcionada a la población por las instituciones tanto públicas como privadas.

En cuanto a las problemáticas generales detectadas por los vecinos, las principales son carencia de abastecimiento de agua y de la extensión de la red de cloacas, y también problemas relacionados a la infraestructura (caminos en mal estado en ambos barrios).

A partir de la elaboración de este trabajo pudimos concluir que:                     

  • La divulgación de información sobre temáticas ambientales es clave si se pretende realizar una gestión del recurso
  • Los habitantes de los barrios, que sufren a diario los inconvenientes de la deficiencia y falta de servicio, han mostrado un carácter participativo, lo cual favorecería la planificación, el diseño de estrategias y la evaluación de los impactos derivados del manejo del recurso.
  • La aplicación en la zona de estudio de tecnologías disponibles en el mercado destinadas al tratamiento de agua para consumo y de las residuales no es viable en el contexto actual, porque sería muy costosa.

La realización del seminario generó, por un lado, el aprendizaje de una nueva técnica de trabajo, la matriz de datos, que posibilitó el abordaje de la problemática discriminando la unidad de análisis, las variables y los indicadores de la misma. Su utilización posibilitó discernir los puntos sobre los cuales se iba a trabajar tanto en campo como en gabinete.

El trabajo de campo resultó de fundamental importancia, ya que entendemos que, para tratar la gestión de un recurso, y que ésta sea efectiva, es necesario conocer las características del sistema ambiental, entre las cuales es fundamental el tipo de vida de los habitantes y su relación con el recurso en cuestión.

Obtuvimos de esta experiencia la práctica de entrevistar a los pobladores del lugar, y, a partir de ello, una fuente de datos valedera, que no estaba a nuestro alcance de otro modo. De esta manera, se pudo obtener información que de otro modo no hubiese sido posible, y esto se tradujo en una fuente valedera de datos.
 
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